La
Capilla SAN BENITO saluda con cariño a
los vecinos y los invita a participar de las siguientes actividades: MES de octubre, todos los sábados: 7, 14, 21 y 28.
A las 15:00 horas: catequesis de Confirmación
A las 16:15 horas: Santa MISA
A las 17:00 horas: catequesis de Comunión para los que
desean recibir los Sacramentos y vivir junto a Jesús y María. Se requiere puntualidad para la CATEQUESIS.
- 30 septiembre y 1 de Octubre: retiro de los chicos de CONFIRMACIÓN
- *1 de Octubre: Santa Teresa del Niño Jesús Virgen y doctora de la Iglesia. Comienza el mes del Rosario.
- *2 de Octubre: Los santos Ángeles custodios.
- *4 de Octubre: Fiesta de San Francisco de Asís. Rezamos por el Papa Francisco.
- ***7 de Octubre: ASAMBLEA DIOCESANA "¡ANUNCIEMOS el EVANGELIO con alegría y misericordia! Celebración de la Palabra del 27º domingo, año A. Nuestra Señora del Rosario.
- *11 de Octubre: San Juan XXIIIº, el Papa que convocó a la celebración del Concilio Vaticano IIº
- *12 de Octubre: Nuestra Señora del Pilar. “El 12 de octubre del 1966 llegó de España el Padre Juan Barrio”
- ***14 de Octubre: Misa del 28º domingo, año A- y DÍA de la MADRE.
- *18 de Octubre: San Lucas, evangelista
- ***21 de Octubre: CONFIRMACIÓN de los chicos y chicas del Barrio a las 16:00 horas con la presencia de Mons. Miguel Ángel D’Annibale, nuestro querido Obispo.
- *26 de Octubre 2002: el Padre Juan Barrio “El Cura de los Pobres” celebró su Primera Misa en el tráiler del Barrio San Benito.
- *San Juan Pablo II, Papa. Su papado, que duró 27 años.
- ***28 de Octubre: Misa del 30º domingo, año A-.
- *28 de Octubre: Santos Simón y Judas, Apóstoles.
CAPILLA SAN BENITO (Tráiler del Padre Juan)
Año 2017 Octubre. Visita de María Auxiliadora a las familias con Jesús
misioneros de la vida
RECORDAMOS LOS
CUMPLEAÑOS Y ANIVERSARIO DE:
- 5/10 Marta Montaña Hidalgo
- 5/10 María Impa
- 6/10 María Huenchuman (la abuela)
- 17/10 Gladys Hoffman de Suárez
- 28/10 Tadeo Méndez
- VISITA TAMBIÉN el grupo de WhatsApp “Comunidad capilla San Benito”
PAPA FRANCISCO AUDIENCIA
GENERAL
Miércoles
20 de septiembre de 2017
Vive, ama, sueña, cree. Y, con la gracia
de Dios, no desesperes nunca.
Queridos
hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La catequesis de
hoy tiene como tema «educar a la esperanza». Y por eso usaré directamente el
«tú», imaginando que hablo como educador, como padre a un joven, o a cualquier
persona dispuesta a aprender.
¡Piensa, allí
donde Dios te ha plantado, espera! Espera siempre. No te rindas a la noche: recuerda que el
primer enemigo a derrotar no está fuera de ti: está dentro. Por lo tanto, no
concedas espacio a los pensamientos amargos, oscuros. Este mundo es el primer
milagro que Dios hizo y Dios ha puesto en nuestras manos la gracia de nuevos
prodigios.
La fe y la esperanza avanzan juntas.
Cree en la existencia de las verdades más altas y más hermosas. Confía en Dios
creador, en el Espíritu Santo que mueve todo hacia el bien, en el abrazo de
Cristo que espera a cada hombre al final de su existencia; cree, Él te espera. El mundo camina gracias a la mirada de
muchos hombres que han abierto brechas, que han construido puentes, que han
soñado y creído; incluso cuando a su alrededor escuchaban palabras de burla.
No pienses nunca
que tu lucha aquí abajo es del todo inútil. Al final de la existencia no nos
espera el naufragio: en nosotros palpita una semilla absoluta. Dios no
defrauda: si ha puesto una esperanza en nuestros corazones, no quiere
destruirla con frustraciones continuas.
Todo nace para florecer en una eterna
primavera.
Dios también nos hizo para florecer. Recuerdo ese diálogo cuando el roble pidió
al almendro: «Háblame de Dios». Y el almendro floreció.
Donde quiera que
estés, ¡construye! Si estás en el suelo, ¡levántate! Nunca te quedes caído, levántate, deja que te ayuden a levantarte.
Si estás sentado, ¡ponte en camino! Si el aburrimiento te paraliza, ¡ahuyéntalo
con buenas obras! Si te sientes vacío o desmoralizado, pide que el Espíritu Santo llene de nuevo tu nada. Obra la paz en
medio de los hombres, y no escuches la voz de quien esparce odio y divisiones.
No escuches esas voces. Los seres
humanos, por muy diferentes que sean unos de otros, han sido creados para vivir
juntos. Ante los contrastes, paciencia: un día descubrirás que cada uno es
depositario de un trozo de verdad.
Ama a las personas.
Ámalas una a una. Respeta el camino de todos, sea lineal o dificultoso, porque
cada uno tiene su propia historia que contar.
Cada uno de nosotros tiene su propia
historia que contar. Cada niño que nace es la promesa de
una vida que una vez más demuestra ser más fuerte que la muerte. Todo amor que
surge es un poder de transformación que anhela la felicidad. Jesús nos entregó una luz que brilla en las
tinieblas: defiéndela, protégela. Esa luz única es la riqueza más grande
confiada a tu vida.
Y sobre todo, ¡sueña! No tengas miedo de soñar. ¡Sueña!
Sueña con un mundo que todavía no se ve, pero que ciertamente vendrá. La
esperanza nos lleva a creer en la existencia de una creación que se extiende
hasta su cumplimiento definitivo, cuando Dios será todo en todos. Los hombres
capaces de imaginar han regalado a la humanidad descubrimientos científicos y
tecnológicos. Han surcado los océanos, y pisado tierras que nadie había pisado
nunca. Los hombres que han cultivado esperanzas son también los que han vencido
la esclavitud, y han traído mejores condiciones de vida a esta tierra. Piensa
en esos hombres.
Sé responsable de este mundo y de la
vida de cada hombre.
Piensa que toda
injusticia contra un pobre es una herida abierta, y disminuye tu propia
dignidad.
La vida
no cesa con tu existencia, y a este mundo vendrán otras generaciones que
sucederán a la nuestra, y muchas más. Y cada día pide a Dios el don del
valor. Recuerda que Jesús venció al miedo por nosotros. ¡Él venció al miedo!
Nuestro enemigo más traicionero no puede contra nuestra fe. Y cuando te
encuentres atemorizado frente a algunas dificultades de la vida, recuerda que
no vives solo para ti.
En el bautismo, tu vida fue sumergida en
el misterio de la Trinidad, y tú perteneces a Jesús. Y si
un día te asustas o piensas que el mal es demasiado grande para desafiarlo, piensa simplemente que Jesús vive en ti.
Y es Él quien, a través de ti, con su apacibilidad quiere someter a todos los
enemigos del hombre: el pecado, el odio, el crimen, la violencia; todos
nuestros enemigos.
Ten siempre el valor de la verdad,
pero recuerda esto: no eres superior a nadie. Recuérdalo: no eres superior a
nadie. Aunque fueras el último en creer en la verdad, no te apartes de la
compañía de los hombres. Aunque vivieras
en el silencio de un eremita, lleva en tu corazón el sufrimiento de cada
criatura. Eres cristiano; y en la oración todo se lo restituyes a Dios. Y cultiva ideales. Vive por algo que
sobrepasa al hombre. Y si algún día uno de estos ideales te pasara una factura
considerable, no dejes nunca de llevarlo en tu corazón. La fidelidad consigue
todo. Si te equivocas, levántate: nada es más humano que cometer errores. Y
esos errores no tienen que convertirse para ti en una prisión.
No te dejes aprisionar por tus errores. El Hijo de Dios no vino por los sanos, sino por los enfermos; por lo tanto
también vino por ti. Y si te vuelves a equivocar en el futuro, no tengas miedo, ¡levántate!, ¿Sabes por
qué? Porque Dios es tu amigo. Si te
hiere la amargura, cree firmemente en
todas las personas que todavía trabajan para el bien: en su humildad está
la semilla de un mundo nuevo. Relaciónate con las personas que han mantenido su
corazón como el de un niño. Aprende de la maravilla, cultiva el asombro.
Vive, ama, sueña, cree. Y, con la gracia
de Dios, no desesperes nunca.