La
Comunidad de la Capilla SAN BENITO saluda con
cariño a los vecinos del Barrio y los
invita a participar de sus actividades, todos los SÁBADOS:
De 14:30 a 16:15 horas:
GRUPO JUVENIL (en el Templo)
A partir de las 15:30 horas:
CATEQUESIS DE NIÑOS (para CONFESIÓN y CONFIRMACIÓN)
- * 1 de Noviembre: Solemnidad
de todos los SANTOS.
- * 2 de Noviembre: Conmemoración
de todos los fieles difuntos.
- * 3 de Noviembre: San
Martín de Porres.
- 4 de Noviembre: Misa del 31* domingo, año B.
- * 7 de Noviembre:
Santa María, Madre y Medianera de la GRACIA.
- * 9 de Noviembre: Dedicación
de la Basílica de San Juan de Letrán.
- 11
de Noviembre:
Misa del 32* domingo, año B.
- *
14 de Noviembre: * 16 de Noviembre:
Día de la misión Salesiana en la
Patagonia.
- 18 de Noviembre: * Misa del 33* domingo, año B. * II°
JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES "Este
pobre gritó y el Señor lo escuchó" MENSAJE DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
- *
21 de Noviembre: presentación
de la Santísima Virgen María.
- * 22 de Noviembre: Santa Cecilia, Virgen y mártir.
- 24 de
Noviembre: CONFIRMACIÓN DE LOS CHICOS a
las 20 horas
- 25 de
Noviembre:
Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo.
CAPILLA
SAN BENITO (Tráiler del Padre Juan)
Año
2018 Noviembre. Visita de María Auxiliadora a las familias. Sigue la Visita de María Auxiliadora y San Benito a las Familias
del Barrio San Benito.
Una constelación de santos
14 de Octubre de 2018
Son siete, mujeres y
hombres, los cristianos proclamados santos por el Papa durante una gran celebración
que se llevó a cabo en la anteiglesia de la basílica vaticana.
PABLO VI, ÓSCAR
ROMERO, FRANCISCO SPINELLI, VICENTE
ROMANO,
MARÍA CATALINA KASPER,
NAZARIA IGNACIA DE SANTA TERESA DE JESÚS, NUNZIO SULPRIZIO
HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
…Vende lo que tienes, dáselo a los pobres […] y luego
ven y sígueme» (v. 21). Jesús también te dice a ti: «Ven, sígueme». Ven:
no estés quieto, porque para ser de Jesús no es suficiente con no hacer nada
malo. Sígueme: no vayas detrás de Jesús solo cuando te apetezca,
sino búscalo cada día; no te conformes con observar los preceptos, con dar un
poco de limosna y decir algunas oraciones: encuentra en él al Dios que siempre
te ama, el sentido de tu vida, la fuerza para entregarte.
Jesús sigue diciendo: «Vende lo que tienes y dáselo a
los pobres». El Señor no hace teorías sobre la pobreza y la riqueza, sino que
va directo a la vida. Él te pide que dejes lo que paraliza el corazón,
que te vacíes de bienes para dejarle espacio a él, único bien. Verdaderamente,
no se puede seguir a Jesús cuando se está lastrado por las cosas. Porque, si el
corazón está lleno de bienes, no habrá espacio para el Señor, que se convertirá
en una cosa más. Por eso la riqueza es peligrosa y –dice Jesús–, dificulta
incluso la salvación. No porque Dios sea severo, ¡no! El problema está en
nosotros: el tener demasiado, el querer demasiado, ahoga, ahoga nuestro corazón
y nos hace incapaces de amar. De ahí que san Pablo nos recuerde que «el amor al
dinero es la raíz de todos los males» (1 Tm 6,10). Lo vemos: donde el
dinero se pone en el centro, no hay lugar para Dios y tampoco para el hombre.
Jesús es radical. Él lo da todo y lo pide todo:
da un amor total y pide un corazón indiviso. También hoy se nos da como pan
vivo; ¿podemos darle a cambio las migajas? A él, que se hizo siervo nuestro
hasta el punto de ir a la cruz por nosotros, no podemos responderle solo con la
observancia de algún precepto. A él, que nos ofrece la vida eterna, no podemos
darle un poco de tiempo sobrante. Jesús no se conforma con un «porcentaje de
amor»: no podemos amarlo al veinte, al cincuenta o al sesenta por ciento. O
todo o nada.
Queridos hermanos y hermanas, nuestro corazón es como
un imán: se deja atraer por el amor, pero solo se adhiere por un lado y debe
elegir entre amar a Dios o amar las riquezas del mundo (cf. Mt 6,24);
vivir para amar o vivir para sí mismo (cf. Mc8,35). Preguntémonos
de qué lado estamos. Preguntémonos cómo va nuestra historia de amor con Dios.
¿Nos conformamos con cumplir algunos preceptos o seguimos a Jesús como
enamorados, realmente dispuestos a dejar algo para él? Jesús nos pregunta a
cada uno personalmente, y a todos como Iglesia en camino: ¿somos una Iglesia
que solo predica buenos preceptos o una Iglesia-esposa, que por su Señor se
lanza a amar? ¿Lo seguimos de verdad o volvemos sobre los pasos del mundo, como
aquel personaje del Evangelio? En resumen, ¿nos basta Jesús o buscamos las
seguridades del mundo? Pidamos la gracia de saber dejar por
amor del Señor: dejar riquezas, dejar nostalgias de puestos y poder, dejar
estructuras que ya no son adecuadas para el anuncio del Evangelio, los lastres
que entorpecen la misión, los lazos que nos atan al mundo. Sin un salto hacia
adelante en el amor, nuestra vida y nuestra Iglesia se enferman de
«autocomplacencia egocéntrica» (Exhort. ap. Evangelii gaudium,
95): se busca la alegría en cualquier placer pasajero, se recluye en
la murmuración estéril, se acomoda a la monotonía de una vida cristiana sin
ímpetu, en la que un poco de narcisismo cubre la tristeza de sentirse
imperfecto.
Así sucedió para ese hombre, que –cuenta el Evangelio–
«se marchó triste» (v. 22). Se había aferrado a los preceptos y a
sus muchos bienes, no había dado su corazón. Y aunque se encontró con Jesús y
recibió su mirada amorosa, se marchó triste. La tristeza es la prueba del amor
inacabado. Es el signo de un corazón tibio. En cambio, un corazón desprendido
de los bienes, que ama libremente al Señor, difunde siempre la alegría,
esa alegría tan necesaria hoy. El santo Papa Pablo
VI escribió: «Es precisamente en medio de sus dificultades
cuando nuestros contemporáneos tienen necesidad de conocer la alegría, de
escuchar su canto» (Exhort. ap. Gaudete in Domino, 9). Jesús nos invita
hoy a regresar a las fuentes de la alegría, que son el encuentro con él, la
valiente decisión de arriesgarnos a seguirlo, el placer de dejar algo para
abrazar su camino. Los santos han recorrido este camino.
Pablo
VI lo hizo, siguiendo
el ejemplo del Apóstol del que tomó su nombre. Al igual que él, gastó su vida
por el Evangelio de Cristo, atravesando nuevas fronteras y convirtiéndose en su
testigo con el anuncio y el diálogo, profeta de una Iglesia extrovertida que
mira a los lejanos y cuida de los pobres.
Pablo
VI, aun en medio de dificultades e incomprensiones, testimonió de
una manera apasionada la belleza y la alegría de seguir totalmente a Jesús.
También hoy nos exhorta, junto con el Concilio del que fue sabio timonel, a
vivir nuestra vocación común: la vocación universal a la santidad.
No a medias, sino a la santidad. Es hermoso que junto a él y a los demás santos
y santas de hoy, se encuentre Monseñor Romero, quien dejó la seguridad del
mundo, incluso su propia incolumidad, para entregar su vida según el Evangelio,
cercano a los pobres y a su gente, con el corazón magnetizado por Jesús y sus
hermanos. Lo mismo puede decirse de Francisco
Spinelli, de Vicente Romano, de María Catalina Kasper, de Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús
y también del gran muchacho abrucense-napolitano, Nuncio Sulprizio: el joven santo, valiente, humilde, que supo
encontrar a Jesús en el sufrimiento, el silencio y en la entrega de sí mismo.
Todos estos santos, en diferentes contextos, han traducido con la vida la
palabra de hoy, sin tibieza, sin cálculos, con el ardor de arriesgarse y de
dejar. Hermanos y hermanas, que el Señor nos ayude a imitar sus ejemplos.
Recordamos los cumpleaños de:
- 10/11
Andrés
- 24/11
Juan Gabriel García
- 22/11
Bruno Guzmán
- 22/11
Nilson Heredia
- 29/11
Olivia Griselda
"Compartimos la alegría del GRUPO
JUVENIL", en el último recorrido
misionero (28/09/2018) para
recoger las donaciones del PUEBLO en las capillitas de los negocios. La suma total es de $ 601.
Seguimos adelante y gracias de corazón…